Archive for octubre 2011

MÁS OPINIONES SOBRE LA EDUCACIÓN

El pasado jueves 27, el periodista Iñaki Gabilondo se refirió en su video-blog del diario El País al conflicto abierto recientemente sobre la educación pública y los recortes propuestos por Comunidades Autónomas gobernadas por el Partido Popular. A continuación, transcribo algunos comentarios realizados por mí en dicho foro:

Buenos días, Iñaki. Me alegro enormemente que saques a debate esta cuestión, que me parece de importancia capital. Aquí no me andaría con paños calientes, puesto que la iniciativa de practicar recortes en la educación pública ha correspondido al PP, en varias de las Comunidades Autónomas gobernadas por este partido. Son ellos los que han comenzado la batalla, obligando al PSOE a tomar postura ante este conflicto que ellos no han abierto. Y quiero dejar bien claro que, al menos en el caso de Madrid, no hay razones de tipo presupuestario que avalen esta iniciativa, sino de carácter ideológico, ya que es bien sabido que, simultáneamente, han incrementado de modo sustancial las desgravaciones fiscales para todos aquellos que lleven a sus hijos a colegios privados. ¿Cómo se puede interpretar esto?
La enseñanza pública de calidad, nunca me cansaré de repetirlo, es un pilar fundamental en cualquier sociedad moderna, democrática, culta y avanzada. Me parece muy irresponsable practicar políticas que tiendan a degradarla. Aguirre, junto con otros presidentes/as de comunidades autónomas, ha traspasado una línea roja que nunca debería haber tocado.
Espero que este debate cale profundamente en el electorado, porque nos estamos jugando mucho, ahora y en el futuro. Un saludo a todos.

Quisiera añadir un comentario a lo dicho por mí hace pocos minutos. No estoy en contra de los centros privados de enseñanza. Su existencia es perfectamente legítima y responde a la libertad de la sociedad (y a la de mercado), y quien lo desee puede elegir y llevar a sus hijos donde quiera. Ahora bien, se supone que los centros privados deben valerse por sí mismos, sin ningún tipo de subvención o ayuda de la administración del Estado. Si reclaman la ayuda o protección oficial, se están contraviniendo las reglas del juego y queda patente que algo no funciona bien, ¿no les parece?

Respondo a WITNESS (11:11 h).
Mire, amigo Witness, usted no es objetivo en su análisis, ya que parte de la base de que en un centro público no van a ser neutrales ni van a inculcar a los chicos y chicas los valores adecuados, lo cual es un prejuicio bastante erróneo por su parte. Si usted piensa así,  por la misma razón se podría pensar que en un centro privado se inculcan otros «valores» contrarios a los alumnos. Yo confío en la profesionalidad de la inmensa mayoría de los docentes, estén donde estén, y desde luego no identifico a los profesores de institutos o colegios públicos con personas de izquierdas o anticlericales, por decir algo que quizá esté rondando por su mente. Mire, yo tengo experiencia como padre tanto en colegios concertados como en institutos públicos, y no he apreciado que el profesorado de estos últimos tenga un nivel académico o una calidad humana inferior al del otro colectivo, ni muchísimo menos.
En cuanto a que algunos «gerifaltes» socialistas, como usted dice, lleven a sus hijos a centros privados, eso no me dice nada. Son casos aislados, y creo que cada cual, a nivel personal, puede hacer lo que le apetezca.
Buenos días.

Voy a añadir unas líneas a  lo comentado por mí el jueves pasado. Como ya he dejado dicho, tengo experiencia, como padre, tanto en colegios concertados como en centros públicos (I.E.S.)., más reciente en lo referente a éstos últimos. En líneas generales, me he encontrado con buenos profesores en unos y en otros. Ahora bien, he apreciado una ventaja muy notable en el instituto actual con respecto al colegio concertado religioso de procedencia, y es en lo referente a la comunicación con el profesorado y con la dirección del centro. Antes, en el colegio, pedir cita con los profesores era una tarea harto difícil. Intentar hablar con el director era prácticamente imposible, dadas las innumerables trabas que había que superar. Ahora, en el instituto, te dan toda clase de facilidades para charlar sobre la marcha de tu hijo, y sólo tengo alabanzas sobre el trato humano de los distintos docentes del centro público.

Aunque el colegio anterior era concertado, ello no nos eximía a los padres de contribuir económicamente con una cuota mensual para el sostenimiento del centro que no era precisamente simbólica. En reuniones que hubo en el pasado para informarnos a los padres sobre la problemática económica del centro, nunca se nos comunicaron cifras concretas que apoyasen sus argumentos, manteniendo un curioso y completo secretismo acerca de las cuentas. Eso sí, la cuota falsamente «voluntaria» solicitada a los padres era de pago obligado.

Finalmente, en el colegio anterior, las continuas y «machaconas» referencias al santo patrono fundador del colegio, hechas tanto a los alumnos como a los padres, se hacían un poco pesadas y repetitivas, la verdad. Evidentemente, eso no ocurre en el instituto, en el que la única preocupación es la de enseñar las distintas asignaturas lo mejor posible a los alumnos, ni más ni menos, manteniendo un buen nivel de convivencia entre todos.

En resumen, ojalá hubiera probado antes con la enseñanza pública.

UN BRINDIS POR EL PRESIDENTE ZAPATERO

Me enteré de la buena nueva a última hora de la tarde del jueves 20, escuchando la radio en el coche. Se trataba del programa de Angels Barceló en la cadena SER. Cuando comentaban la noticia, difundida poco antes, del anuncio por parte de ETA del cese definitivo de la lucha armada, sentí una gran emoción y un profundo alivio. Es difícil asimilar mentalmente un hecho que viene a concluir un periodo tan prolongado (cincuenta años) marcado por el horror,  los atentados, las explosiones y tantas víctimas inocentes, pero lo cierto es que el final ha llegado y, esta vez, parece ya irreversible.

Es cierto que este final no es completo todavía. Faltan pasos fundamentales, como la entrega de las armas, la disolución efectiva de la banda terrorista, actos sinceros de desagravio y reconocimiento a las víctimas y sus familiares, una sabia aplicación de generosidad por parte del Estado en el plano penal y judicial. Se trata de pasos muy difíciles y complejos, desde luego, y que llevarán tiempo. Pero no cabe duda de que el primer peldaño, el más crucial, se ha superado ya.

Desde estas modestas líneas, quiero felicitar muy especialmente al Presidente Jose Luis Rodríguez Zapatero, quien ha tenido la oportunidad de protagonizar este importantísimo hecho  en sus últimas semanas de mandato. Indudablemente, ha debido representar una gran satisfacción para él, enmedio de tantos sinsabores causados por la profunda crisis económica y por los nulos apoyos que en este terreno ha recibido de la mayoría de la oposición. Al menos, en el plano político, se ha apuntado un importante éxito, a cuya consecución él ha contribuido muy intensamente. Su implicación personal en el fin de ETA está fuera de toda duda. Me alegro muchísimo por él.

En estos momentos de alivio y sincera alegría por parte de la mayoría de los españoles de buena voluntad, siento comprobar que no todos los medios de comunicación comparten este sentimiento. Ayer, viernes, contemplando las portadas de diarios como El Mundo, Abc y La Razón, observé desilusionado cómo sus titulares subrayaban el aspecto más negativo de la noticia: «ETA no se disuelve ni entrega las armas», «ETA emplaza a los gobiernos de Francia y España a negociar», etc. ¿Por qué no destacaban lo fundamental, que es el fin definitivo de la violencia? Hasta el propio Sr. Rajoy, en su declaración oficial, se felicitaba como todos los demás líderes por este hecho, en parecidos términos y señalando que se producía sin condiciones. Por desgracia, siempre hay gente mezquina que hace lo posible por enturbiar y minimizar un logro incuestionable de toda la sociedad española y del Estado de Derecho. Lo malo es que esos miserables, desde la atalaya de sus medios de comunicación, influyen en la opinión de mucha gente. No sé si son conscientes del daño moral que producen. Allá ellos con su conciencia.

LA PATRONAL SE QUITA (DEL TODO) LA CARETA

Ayer miércoles, la patronal CEOE hizo públicas sus propuestas para superar la crisis y «crear empleo», como suelen apostillar siempre en sus declaraciones ante los medios. El día anterior, la patronal madrileña, CEIM, ya había hecho lo propio, con la particularidad de que sus propuestas eran aún más radicales que las de la organización nacional a la que pertenece.

En ambos casos, se trataba de fijar posturas ante los próximos comicios y de mostrar una especie de hoja de ruta para que la tenga muy en cuenta el futuro gobierno de la nación. No hay duda de que, de cumplirse los pronósticos de las encuestas, el más que probable gobierno del Partido Popular tendrá muy en cuenta estas indicaciones y pondrá bastante empeño en materializarlas.

Entre otras medidas, proponen, una vez más, abaratar el coste de los despidos, dejándolo aproximadamente en la mitad del actual. Su próxima reivindicación, sospecho, será eliminarlo del todo. Se deduce fácilmente de las tendencias al respecto. Por supuesto, exigen moderación salarial, ¡cómo no!, hasta el año 2015, como si los salarios no estuviesen ya suficientemente devaluados en la actualidad, cuando estamos viendo que se contrata gente joven por debajo de los 500 euros mensuales. El término «mileurista» ha pasado de tener un significado peyorativo a asociarse con un status casi privilegiado.

También, los empresarios reclaman menos representación sindical en las empresas, para que sus empleados estén tranquilos y no se les llene la cabeza de molestas reivindicaciones. Eso sí, quieren que el sector público les apoye más en lo que se refiere a I&D+i, con bajadas de impuestos, y proporcione ayudas directas a las compañías que quieran internacionalizarse. Pero, ¡ojo!, de subir impuestos a las rentas más altas, ni hablar, que eso genera paro (como señalaban hace poco algunos dirigentes del PP). Antes al contrario, pretenden que se vuelva a suprimir el impuesto sobre el patrimonio, recién recuperado, y también al de Actividades Económicas.

En cuanto a la sociedad civil, exigen nada menos que el copago en la sanidad, mientras que para ellos mismos piden una rebaja en las cotizaciones sociales. A eso lo llamo yo una verdadera redistribución de la renta, eso sí, desde las más bajas a las más altas, ¡faltaría más! También proponen fomentar la educación privada, en detrimento de la pública, claro (muy en la línea con lo que están haciendo comunidades gobernadas por el PP).

Como colofón, los empresarios quieren para sí una mayor «valoración social», que se les reconozca su espíritu emprendedor y se les respete, cuando, como ya he repetido muchas veces, son los primeros responsables (no los únicos, por supuesto) de generar desempleo. Sólo quiero decir aquí, que no es lo mismo un Steve Jobs, recientemente desaparecido, un Bill Gates o un Amancio Ortega, que un Jose María Cuevas, antecesor del actual presidente de la CEOE, que demostró una gestión lamentable al frente de su grupo empresarial, ¿no les parece? El prestigio y el reconocimiento social vienen sólos, cuando realmente se merecen, y no son algo que se pueda exigir porque sí.

En resumen, el documento presentado por la patronal es impresentable y casi se podría decir de él que produce hilaridad por lo radical de su contenido. Por desgracia, representa el punto de vista de muchos empresarios y también de la fuerza política que tiene casi todas las papeletas de alcanzar muy pronto el poder político en España, si los españoles de a pie no lo remediamos. De manera que no es ninguna broma, sino una auténtica amenaza para la mayoría de la sociedad y para los que se ganan la vida honradamente con su trabajo.