Un comentario muy breve sobre el lamentable «festejo taurino» de Tordesillas.
Siento vergüenza y asco ante el espectáculo que, un año más, ha tenido lugar en Tordesillas. Un toro, un animal noble, hermoso, inocente, del que deberíamos estar orgullosos los españoles por cuanto tiene de símbolo nacional (y al que, en consecuencia, deberíamos respetar) , ha sufrido cruel persecución, ha sido acosado, acorralado y alanceado para diversión de unos cuantos cobardes descerebrados. ¿Tan entretenido les resulta a unos cuantos desalmados ensañarse con un animal, y hacerlo además de una manera tan desigual en contra del toro? Como siempre, este triste espectáculo muestra lo peor del ser humano, su miseria moral y un ansia inexplicable por causar daño y matar.
Una última cosa. Por favor, que no se invoque la tradición para justificar esta barbarie. La tradición puede ser lo más opuesto a la razón y, de hecho, a lo largo de la Historia, hay innumerables ejemplos de acciones criminales basadas precisamente en la tradición, desde las conocidas luchas de gladiadores y animales salvajes en los anfiteatros romanos o los sacrificios humanos en las pirámides aztecas o mayas.